La implementación de una estrategia de marketing experience seduce a los consumidores, además de persuadirlos para que compren.
Ahora bien, ¿tienes dudas sobre qué tipo de operación llevar a cabo?, ¿crees que tu estrategia comercial podría mejorarse para aportar un verdadero valor añadido?
Continúa leyendo para descubrir cómo garantizar el éxito de tus ofertas promocionales en el punto de venta, pero te adelantamos que el marketing experience es la mejor solución.
Antes de pensar en la implementación de una estrategia de marketing experience, hay varias cuestiones importantes que analizar.
Tus ofertas promocionales forman parte de una estrategia de ventas y desempeñan un papel decisivo en el rendimiento de las ventas.
En ese sentido, en primer lugar debes determinar tu objetivo con el fin de aplicar las palancas adecuadas para el éxito: abastecimiento, captación de nuevos clientes, fidelización, etc.
Respondiendo a estas preguntas, podrá elegir entre dos tipos de promoción:
La promoción genérica es una operación masiva sobre toda o parte de la oferta disponible en la tienda, que tiene lugar cada año o es excepcional. Por ejemplo, una operación de descuento del 30% en toda la tienda.
En este caso, se utilizan las ofertas para atraer al mayor número posible de clientes potenciales o para liquidar las existencias no vendidas con una oferta de precio más atractiva.
El objetivo es captar nuevos clientes a los que luego se intentará fidelizar.
Las promociones específicas se dirigen a un público objetivo identificado y te permiten destacar una colaboración con una marca o agradecer y fidelizar a un tipo de cliente concreto.
En tanto, se hace eco de tu estrategia de ventas del mismo modo que la promoción genérica, pero te permite activar palancas de venta más finas y precisas para dar a conocer una nueva marca de referencia o una nueva gama de productos, por ejemplo.
Una estrategia de marketing experience puede definirse en términos de varios componentes.
En ese sentido, la experiencia del cliente es:
Emocional: La experiencia del cliente está fuertemente influenciada por las emociones que los clientes sienten durante sus interacciones con la empresa.
Puede tratarse de satisfacción, frustración, alegría, enfado o decepción.
Funcional: Este componente se refiere a la capacidad de la empresa para ofrecer productos y servicios que satisfagan las necesidades y expectativas de los clientes. Incluye elementos como la calidad del producto, la rapidez y eficacia del servicio, la facilidad de uso de los productos o servicios, etc.
Social: La experiencia del cliente también se ve influida por las interacciones sociales con los empleados de la empresa, otros clientes y miembros de la comunidad en general.
Esto puede incluir elementos como la cortesía, la amabilidad, el respeto, el reconocimiento y la comunicación.
Sensorial: Este componente se refiere a todos los aspectos sensoriales de la experiencia del cliente, como colores, sonidos, olores y texturas, que contribuyen a la percepción global de la empresa.
Cognitivo: Este componente se refiere a la capacidad de la empresa para proporcionar información clara, precisa y pertinente a los clientes, de modo que puedan tomar decisiones con conocimiento de causa, y utilizar los productos y servicios con eficacia.
Cultural: Por último, este componente se refiere a las normas y valores culturales que influyen en las expectativas y el comportamiento de los clientes, en función de su contexto cultural o geográfico.
La empresa debe ser consciente de estos factores para adaptar su estrategia de marketing experience en consecuencia y satisfacer las necesidades de todos sus clientes.
La experiencia positiva del cliente es un factor clave para su fidelidad y el éxito de una empresa.
Los clientes satisfechos son más propensos a volver y a recomendar la empresa a otros, mientras que una experiencia negativa puede tener el efecto contrario y provocar una pérdida de clientes y de ingresos.
Más concretamente, los clientes satisfechos tienden a gastar más dinero y a comprar con más frecuencia.
Al invertir en marketing experience, las empresas también pueden reducir los costes asociados a la gestión de reclamaciones y devoluciones, ya que es más probable que los clientes estén satisfechos desde el principio.
Además, al conocer las necesidades y expectativas de sus clientes, las empresas pueden adaptar sus productos, servicios y procesos para satisfacer mejor esas necesidades, lo que puede redundar en una mejora general de la calidad de la empresa.
Por último, mejorar la experiencia del cliente puede ayudar a las empresas a diferenciarse de sus competidores y mejorar su reputación, lo que puede ayudarles a atraer nuevos clientes y reforzar su posición en el mercado.
Las empresas que se centran en el marketing experience pueden mejorar su reputación, su cuota de mercado y su crecimiento. No sólo retienen a sus clientes actuales, sino que también atraen a otros nuevos, mejorando así su rentabilidad.
Medir regularmente la satisfacción del cliente es esencial para saber cómo perciben tu punto de venta e identificar áreas de mejora.
Esto puede hacerse mediante encuestas de satisfacción, comentarios en las redes sociales, reseñas en línea, etc.
Después es importante analizar los resultados y actuar en consecuencia. Al identificar los puntos débiles de la experiencia del cliente, puedes tomar medidas para mejorarlos y maximizar su satisfacción.
Por ejemplo, si observas que tus clientes no están satisfechos con el tiempo de espera en las cajas de cobro, puedes aplicar medidas para reducirlo, como contratar más personal u optimizar los procesos.
En definitiva, medir la satisfacción del cliente y responder a ella de forma proactiva ayuda a reforzar la relación con sus clientes, mejorar su experiencia y fidelizarlos.
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