El objetivo de la ley de etiquetado frontal en el packaging de alimentos es la incentivación del consumo responsable y la promoción de alimentos sanos y nutritivos.
Durante los últimos años se vio con preocupación cómo en los países latinoamericanos se pasó de altas tasas de desnutrición a frecuentes problemas de obesidad en la población.
Por ende, se establecieron cambios en la normativa sobre etiquetado de alimentos, con el objetivo de dar al consumidor más información, como parte de una estrategia para luchar contra el problema del sobrepeso en algunos países latinoamericanos.
Sin embargo, ¿esta disposición afecta el packaging y/o envasado de alimentos?
En lo que respecta a marketing, la ley establece que cuando se promocione un producto que contenga al menos un sello de advertencia, se visibilicen y/o enuncien la totalidad de los octógonos negros que ese producto lleva.
En ese sentido, queda prohibida la publicidad cuando está dirigida a niños y adolescentes, específicamente cuando se trata de un producto con exceso de grasas, azúcar y/o sodio.
Asimismo, esta ley, que ha sido implementada en Chile, México, Perú, Uruguay y Argentina, establece que los comestibles con uno o más sellos de advertencia, no puedan tener en sus envases los denominados “ganchos de compra”, tales como dibujos animados, caricaturas, personajes famosos, entre otros.
Ahora bien, considerando todo lo anterior, resulta más necesario que nunca ser creativos para exponer los productos de manera muy llamativa para el consumidor, sin ser afectados por el cambio en el diseño del packaging.
En BMO diseñamos estrategias de marketing a medida de cada marca, desde pequeños materiales POP hasta stands de gran escala. No pierdas la oportunidad de destacarte por encima de tu competencia.
La llegada del nuevo consumidor no es un fenómeno de moda efímero. A través de su comportamiento, es necesario entender cómo quieren comunicarse.
En ese sentido, este es el momento de replantearse la relación con los clientes haciendo más hincapié en las emociones que emergen en las distintas experiencias de consumo. El packaging en este punto pasa a ser una estrategia de segundo plano.
Es importante que las empresas entiendan que cambios importantes como la ley de etiquetado frontal los obligan a innovar en su punto de venta.
De hecho, en un mundo en el que florece la transformación digital, la tecnología se ha convertido en algo inevitable para promocionar productos.
Reconocer estos cambios es una cosa, pero analizarlos e interpretarlos de forma eficaz y óptima es otra.
Sigue leyendo para descubrir cómo analizar el comportamiento de tus clientes.
Por lo general, se trata de compras que no implican mucho en la vida cotidiana.
El consumidor no presta mucha atención a las diferencias entre los productos, ni siquiera a lo vinculado al packaging.
Es más bien indiferente y compra por costumbre, porque la marca le resulta familiar, pero no por fidelidad.
Una persona que elige siempre la misma marca de cereal porque tiene el sabor que reconoce desde su infancia, es un buen ejemplo de compra simple. Los cambios en el packaging y el etiquetado frontal probablemente no cambien su decisión de compra.
Se observa sobre todo en las compras costosas: autos, casas o reservas de unas vacaciones familiares.
Debido a la inversión financiera, los consumidores tienden a investigar más y a pasar por un proceso de compra más largo. Hacen esfuerzos que no hacen en otras compras.
El consumidor participa en el proceso de compra. Sin embargo, tiene dificultades para identificar las diferencias entre los productos con un packaging diferente y/o servicios disponibles.
Esta incertidumbre les lleva a menudo a buscar una validación posterior a la compra de su elección.
Como empresa, puedes reducir la disonancia en el punto de venta destacando una característica diferenciadora, como el precio o la funcionalidad, que te distinga de la competencia.
En BMO ofrecemos el diseño y servicio llave en mano de stands creativos e innovadores que se ajustan a las necesidades de tu marca, desde grandes estructuras feriales hasta stands para exteriores.
Si a esto le añadimos acciones para tranquilizar al consumidor después de la compra, tienes muchas posibilidades de convertirlo en un comprador habitual.
La compra impulsiva es la voluntad de probar nuevos productos. La principal motivación del consumidor es la curiosidad, la atracción por el cambio.
Es a este tipo de clientes al que prevén impactar con la ley de etiquetado frontal y los cambios en el packaging, pues no cambiará su decisión de compra porque esté insatisfecho sino por el impulso de probar productos nuevos y más saludables.
En primer lugar, debes analizar qué quieren tus consumidores. Puedes empezar por trazar el recorrido del cliente y cómo se comporta en los diversos puntos de venta.
Esto te ayudará a comprender mejor las causas de determinadas acciones a la luz de los datos obtenidos.
Al mismo tiempo, realizar algunas encuestas en el punto de venta te ayudará a identificar tendencias sobre nuevos productos o servicios que desarrollar.
Utiliza el poder del punto de venta y ofreceles a tus clientes una experiencia envidiable. De hecho, este podría ser el momento perfecto para replantearte tus acciones de marketing e incluso un cambio de imagen para innovar tu marca.
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